La niña mimada de las portadas sorprendentes ya puede conseguirse en cualquier punto de España.
Desde el mes de Abril Yorokobu se vende en kioskos.
Ganamos mucho al tenerla tan a mano, pero se pierde la emoción de pescarla clandestinamente en los aviones, o de recibirla de alguien que haya hecho un pequeño viaje como si fuera un tesoro de tierras más civilizadas para el moderno de pueblo… Pasarla de mano en mano entre los compañeros de trabajo y amigos…
Estas circunstancias le daban una especie de aura de un oráculo revelador de la buena vida.
Esto suena a sentimentalismo barato pero os aseguro que a pesar de su calidad no he disfrutado de esta Yorokobu como las anteriores.
Esperaremos el siguiente número.
